Confieso que la cocina no me gusta, no, no me gusta cocinar. El caso es que lo he hecho mucho, he tenido que cocinar mucho en mi vida, pero prefiero que lo hagan por mí.
Eso sí me encanta comer, soy una enamorada de la buena mesa, por lo que procuro que me salga bueno. Pero no me gustan las recetas complicadas, esas las dejo para cuando como fuera de mi casa. Otra cosa que procuro es presentar los platos con un poco de gracia, no se lleva mucho tiempo, con los moldes redondos o cuadrados puedes ( por poner un ejemplo ) emplatar una ensaladilla rusa, la adornas a un lado del plato con dos o tres tomates cherry partidos por la mitad, unas hojas de perejil y el plato ya es otra cosa.
Son los pequeños detalles que nos alegran la vida, ya se sabe también se come con los ojos.
Particularmente me gustan las mesas bien puestas. La gente suele decir, no tengo tiempo. ¡ Que es eso de no tengo tiempo!. Yo tampoco, he trabajado toda mi vida fuera de casa ( y dentro), siendo cuatro de familia comiendo y cenando en casa todos los días. Lo que no tienes es las cosas a mano, o lo que tienes es lo que no te gusta y no te importa que se rompa. Las cosas se tienen que disfrutar, yo no digo que haya que poner una vajilla de porcelana de Limoges ( por decir un nombre) para comer a diario, pero afortunadamente ahora se venden vajillas monísimas y mantelerias que no hace falta ni plancharlas, a muy buen precio.
Los platos del pan los tienes con la cesta y son cestitas, los vasos corrientes pero de diseño moderno y mono, la vajilla sencilla de porcelana o loza blanca (en Ikea las tienes), te queda una mesa chula en un «plis plas». Ya os digo, las cosas cotidianas tienen que estar a mano, para tenerlas en un armario sin sacarlas mejor no tenerlas.
Os voy a dar la receta de un soufflé que saqué de un libro de cocina sencilla, yo no me invento recetas, les doy mi toque, sobre todo a los guisos ( son mi especialidad ), modestia aparte me salen muy buenos, tengo mis truquitos.
Vamos con el soufflé, es muy sencillo, se necesita:
Jamón York
Queso en lonchas para fundir.
Leche
Sal y pimienta
Mantequilla
Embadurnas una fuente mejor cuadrada ( por las rebanadas de pan de molde ), con mantequilla.
Mezclas 1/4 de litro de leche con una cucharada de pimienta blanca, en la base del molde pones las rebanadas de pan, cuatro si te caben, encima una loncha de jamón y otra de queso, lo empapas de leche. Así hasta tres pisos. ( No os paseis con la leche ).
Le pones por encima queso rallado ( Ya sabes la última capa debe ser de queso ), y lo metes al horno a 180º, unos 20 minutos. Luego lo gratinas, teniendo cuidado de que no se tueste demasiado.
Y rico, rico, rico….
¡ Vamos ! ¿ A que estáis esperando ?, manos a la obra. Que os aproveche.
La receta además de sencilla parece deliciosa.En mi caso particular además es especiamente atrayente pues la mezcla de jamón y queso al horno me chifla cómo a un niño una bolsa de chuches.
Propongo una variante de ésta receta sólo a modo de toque francés que,a buen seguro,dará al plato un aire más sofisticado sin sumarle dificultad.20 minutos antes de comenzar a preparar la fuente cortamos un par de cebolla s grandes en juliana y la pochamos en la sartén con aceite caliente hasta que aparezca con un tono dorado.Al pocharse se ha reblandecido y la textura es perfecta para formar parte de los ingredientes del plato que propones.Al pones las capas de jamón y queso colocamos la cebolla repartida entre las lonchas.Por los demás es todo igual.
He de decir que a mí sí me gusta cocinar e inventar nuevas ideas.Tu propuesta me parece estupenda.
Igualmente suscribo de forma total la importancia que tiene presentar las cosas con un mínimo de gracia.No cuesta más pero tomar una cerveza en una copa bonita o poner la mesa agradable a la vista no es cuestión ni de tiempo ni de dinero sino de gusto y sensibilidad hacia uno mismo.Los «para cuándo vengan,para cuándo sea,para cuándo haya»…no son más que muletillas para justificar la falta de uso de aquello que está en el olvido de aparadores y armarios.
Si la vida son dos dias…ponle ilusión y alegría
¡Mira!, no se me había ocurrido lo de la cebolla, seguro que le da mucha suavidad.
Con cebolla estará más sabroso, pero el suofflé no lleva cebolla, creo yo.
En todo caso es una muy buena alternativa.
De todas forma a tí Felipe, te gusta la cocina y además sabes cocinar y lo haces muy bien.
Tomo nota! 🙂
Lo primero que tengo que reconocer es que a mi no me gusta nada cocinar aunque lo he tenido que hacer durante muchisimos años. Siempre he pensado que es poco agradecido estar muchas horas en la cocina para que se lo coman en un momento y encima muchas veces poniendo alguna falta que otra(estaba mejor el otro día,está un poquito soso etc.) por eso suelo hacer cosas que no te lleven demasiado tiempo.
Supongo que por eso desde que Paco se ha jubilado muchos días el cocinero es él y no lo hace nada mal tengo que reconocerlo, pero es muy desordenado y mancha mucho la cocina. En fin nadie es perfecto!
Pondré en práctica tu souflé en cuanto tenga un buen día, pues ahora ando muy baja de moral y de tiempo yendo y viniendo del sanatorio donde está mi hermana bastante malita.
Por cierto, ¿cómo sigues tu? Espero que mejorando a ver si nos vemos pronto.
Un besito grande
Bueno Vivi, ¡arriba los corazones!, yo sólo te digo que ya me están inyectando para quitarme los dolores de cervicales. No sé si me operarán, es decisión del neurocirujano, según vea como está, y llevaba tres días sin podre sentarme la ordenador, ni un ratito.
Pero eso no es nada, dentro de poco nueva.
Siento lo de tu hermana, a ver si se mejora.
A mi me pasa lo que a tí en la cocina, con la diferencia de que Felipe no mancha, por que no hace » ni el huevo».
Sabe donde están los platos y vasos y poco más.
Así que cocino yo, sin gustarme.
Este soufflé es muy sencillo, y no muy ortodoxo. Yo creo que la idea de la cebolla es buena, e innovadora.
A mí me sale bueno, y no es nada complicado.
Un día paso a veros, sigo con la rehabilitación.
Ánimo querida amiga, estoy contigo para lo que me necesites, un beso.